A inicios del presente siglo, México se erigió como uno de los países sede de los congresos y cumbres más importantes del mundo.
Del año 2001 al 2018, México fue sede de eventos de alcance global: En 2002, en la ciudad de Los Cabos, se llevó a cabo la Cumbre del Foro de Cooperación y Desarrollo Económico (APEC, por sus siglas en inglés).
Un año después, en 2023, Cancún fue el anfitrión de la Quinta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (WTO, por sus siglas en inglés) y ese mismo año, la ciudad de Morelia acogió la Reunión de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales.
En 2012, también en Los Cabos, se realizó la cumbre del Grupo de los 20 (G20); y en 2015, se realizó el Foro Económico Mundial para América Latina en Cancún.
Y en junio de 2014, en Punta Mita, se celebró la cumbre de la Alianza del Pacífico, por citar algunos ejemplos.
Sin embargo, durante los últimos seis años el país perdió presencia a nivel internacional por la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de declinar invitaciones para México a ese tipo de foros. Una de las múltiples consecuencias de esa fallida decisión es la nula celebración de eventos de esa envergadura en México.
No obstante, gracias al legado de esos eventos internacionales y a la serie de congresos, convenciones y ferias que siguen celebrándose a nivel local, dicho sector ha logrado sortear la desatención del que ha sido objeto por parte del gobierno federal: A diferencia de sexenios anteriores, los funcionarios del actual gobierno federal participan muy poco (prácticamente nulo), en ese tipo de eventos, dado la concentración mediática que ha aplicado el presidente López Obrador.
Actualmente la industria mexicana de congresos y convenciones representa una derrama económica de unos 25 millones de dólares, equivalente al 1.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y genera al año alrededor de un millón de empleos así como 30 millones de cuartos noche (habitaciones reservadas), es decir, 18.8 por ciento de los cuartos noche ocupados en todo el país.
Los destinos preferidos para la celebración de ese tipo de eventos son Cancún, Ciudad de México, Guadalajara y Los Cabos.
Ante dicha realidad, Querétaro pretende sumarse a dicha lista de destinos, aprovechando la inercia del mercado de buscar espacios novedosos para la celebración de convenciones y congresos, como el caso de los llamados Pueblos Mágicos.
Por ello, la Asociación Mexicana de Recintos Feriales (AMEREF), integrada por más de 40 directivos y ejecutivos de centros de congresos y convenciones, así como sedes feriales del país, inició este lunes cuatro de marzo un taller de capacitación en Querétaro, en torno a la preparación de alimentos como experiencia complementaria para impulsar la promoción de los destinos turísticos.
El taller es impartido por los reconocidos Chefs Susana y Eduardo Palazuelos, creadores de las “bodas-destino”; y donde estuvo presente la titular de la Secretaría de Turismo del estado de Querétaro.
El taller tiene por objetivo compartir experiencias para convertir a la gastronomía, en una plataforma complementaria para conocer los destinos turísticos donde se ubican los recintos además de promover la creación de cadenas de valor con proveeduría local.
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