Desde hace varias generaciones, la familia de Óscar Sánchez se ha dedicado al cultivo del maguey, una actividad tradicional de la cual producen pulque -la bebida de los dioses-, pero, también han buscado diversificar el negocio frente a la competencia y los retos económicos.
La familia Sánchez vive en la comunidad de Boyé, en el municipio de Cadereyta de Montes, donde el cultivo del maguey es reconocido como una de las actividades características de la región.
“Viví con mis abuelos, y desde mis bisabuelos se dedicaban al cultivo del maguey. No tengo detalle desde cuándo exactamente comenzó la actividad en la familia, pero hablamos al menos de cuatro generaciones que yo tengo gusto de conocer”, comentó Óscar en entrevista.
“En la comunidad se habla del tema, hay pláticas de gente mayor que menciona una historia importante del maguey en el desarrollo de la comunidad”, dijo.
Actualmente, el cultivo de esta planta también les permite hacer otros productos como la miel de maguey, la cual han colocado poco a poco en el mercado local y fuera de la región.
Producción del maguey
La producción de maguey es relativamente fácil, mencionó Óscar Sánchez. “Hemos convivido con esto toda la vida, es una forma de hacer conciencia sobre la actividad. En este lugar, donde estamos, en este pequeño cultivo, es una planta (agave) de salmiana, son hijuelos que hemos quitado a las plantas de edad mediana, de tres a cinco años, que son los mejores productores de crías.”
Cuando se planta el maguey, se busca colocarlo en un “lugar privilegiado”. La lluvia es escasa en la zona, por lo que los productores tratan de ubicar alguna área que tenga un poco de humedad y pueda crecer la planta lo mejor posible.
Una vez que alcanza una altura de aproximadamente un metro (tres años), se considera un maguey en buenas condiciones para plantarlo en hilera, es decir, en líneas o surcos en los campos. Y, de ahí, se esperan tres años, al menos, para que madure.
En Boyé, refirió Sánchez Morán, se tiene una variedad de maguey que puede tardar hasta 15 años para que se pueda obtener aguamiel. Hay diferentes variedades de la planta, las cuales tienen diversos tiempos de maduración.
“Hemos encontrado en cada tipo de maguey, sus cualidades para aprovecharlas. Antes había magueyes de aquí, de Boyé, pero también fueron trayendo variedades de otras entidades que se han ido adaptando”, señaló.
De pulque a miel de maguey
La elaboración del pulque data de tiempos ancestrales. Los pueblos prehispánicos le llamaban la “bebida de los dioses”, sin embargo, el aprovechamiento del maguey va más allá para Óscar y su familia, quienes han diversificado su negocio produciendo miel a partir del aguamiel.
La miel de maguey es una buena alternativa debido a la demanda que tiene, además de que su producción es más rentable.
“La miel de maguey ayuda a la diabetes y para nosotros es más rentable. Otra de las razones es que se puede almacenar y comercializar de acuerdo con la demanda”, señaló Óscar. La producción es a partir de la demanda, aproximadamente cien litros al mes.
“Es una producción artesanal, se utilizan contenedores más pequeños, se manejan cantidades más pequeñas, a una temperatura uniforme; es un producto natural y no tiene caducidad, prácticamente”, añadió.
Aprovechar las propiedades del maguey es una tarea que también ha conferido a los productores de la comunidad de Cadereyta de Montes, quienes han buscado la asesoría de instituciones como la Universidad de Chapingo o el Instituto Politécnico Nacional (IPN), con quienes han tenido pláticas y participado en foros para avanzar de manera productiva, sustentable y favorable para todos.
Fotos: Lucero Almanza Escalante