Querétaro se ha convertido en uno de los destinos más atractivos para el Nearshoring. Entre las cualidades que ofrece se encuentran su ubicación geográfica, seguridad, educación e infraestructura. Sin embargo, en los últimos años, la Comisión Estatal de Aguas del Estado de Querétaro (CEA) ha demostrado su incapacidad para abastecer de agua y operar los sistemas necesarios para satisfacer el crecimiento urbano impulsado por el Nearshoring.
Como resultado, han surgido numerosos organismos operadores privados que asumen la responsabilidad de planificar, operar y controlar la infraestructura hídrica en los sectores donde tienen capacidad física y operativa. Esto ha llevado a una colaboración sin precedentes entre los desarrolladores y los organismos operadores privados, quienes construyen la infraestructura necesaria para garantizar el suministro de agua en dichos desarrollos.
Esta situación no es necesariamente negativa, ya que estos organismos operan con tarifas autorizadas por la CEA, lo que hace atractivo para los particulares, al obtener un suministro de agua casi inmediato, evitando la burocracia de la CEA, que algunos describen como una pesadilla y que, en muchos casos, no está exenta de casos de corrupción.
Sin embargo, existen varias realidades a considerar. Por un lado, la infraestructura es bastante justa para la cantidad de habitantes y se crea según la necesidad, lo que resuelve el suministro de agua, pero no garantiza un desarrollo planificado y sostenible a largo plazo. Por otro lado, estos organismos operadores dependen de la demanda del sector inmobiliario, así como de las inversiones extranjeras derivadas del Nearshoring.
La CEA ha detenido inversiones y estudios necesarios para abastecer a la población, como el caso del Acueducto 3, que está en el escritorio, pero no se ejecuta por falta de recursos. Además, el aumento en el uso de pipas para la distribución de agua se convierte en un negocio lucrativo para algunos, evidenciando la falta de seguridad y apoyo de la CEA para un crecimiento acelerado y de calidad.
Querétaro no es ajeno a la realidad nacional en cuanto al consumo de agua. Aunque el Nearshoring prevé un aumento en el consumo industrial, el acceso al agua en México es limitado y de baja calidad. En zonas urbanas, sólo dos de cada tres personas tienen acceso continuo a servicios de agua potable, drenaje y saneamiento, mientras que en zonas rurales es únicamente uno de cada tres.
El personal del sector industrial necesitará agua de calidad para sus funciones, algo que la CEA no puede garantizar, ya que más del 63% del agua a nivel nacional está contaminada, principalmente por coliformes fecales. Datos de la Comisión Nacional del Agua indican una disminución en la calidad del agua en México en los últimos años, con un aumento en los casos de enfermedades gastrointestinales que ascendieron a más de 3.2 millones en 2022 a nivel nacional, principalmente debido al consumo de agua contaminada.
Querétaro representa una gran oportunidad para atraer inversiones, y la situación del agua lo hace aún más atractivo al no depender únicamente de un organismo público. La competencia entre diferentes organismos operadores es positiva, pero la falta de apoyo regulatorio y operativo por parte de la CEA es evidente. Esta situación se vuelve crucial en la atracción de inversiones internacionales.
La preocupación del mercado ante esta situación es palpable, pero también se reconocen las ventajas que tiene Querétaro para superar las carencias gubernamentales y ofrecer agua de calidad a nuevas empresas y sus empleados. Es imperativo proporcionar a estos nuevos organismos las herramientas tecnológicas, operativas y administrativas necesarias para evitar curvas de aprendizaje y generar un mayor valor para el Nearshoring.
Juan Francisco Bustamante Ruisanchez es Presidente de la Asociación mexicana para la correcta Hidratación, AC, (Agua en México)
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