Nueve emprendedores fundaron Redpack en 1992, uno de ellos (Carlos Martínez), abrió operaciones en Querétaro y Celaya; hoy da testimonio de la empresa que fue punta de lanza de la paquetería en México y su modelo de franquicias, y también de su inminente quiebra y próximo cierre de operaciones.
El nacimiento de Redpack fue un parto doloroso, tanto como lo es la agonía del ahora enfermo terminal que al parecer se acerca cada día más y más a su muerte.
El largo naufragio de Redpack inició en el 2018 cuando fue comprada por el Grupo Traxión, aunque en realidad, desde mi punto de vista, dicho naufragio inició desde 2014 sin ser percibido como tal por la mayoría del gran equipo que hacía funcionar a la empresa.
Les comento esto porque yo viví la experiencia del nacimiento de Redpack, los años de gloria y el ocaso de la misma.
Redpack nació de la escisión de RapidPack cuando 8 de sus franquiciatarios, lidereados por Luis “Joe” Pérez (qepd) decidieron separarse e iniciar su propia empresa, utilizando el mismo modelo de negocio de RapidPack.
RapidPack, empresa cuyo dueño era Giuseppe Falcone, a su vez tomó el modelo de negocio de alguna empresa de Estados Unidos, fundó RapidPack y en poco tiempo fue muy exitoso, hasta antes de la citada escisión. Creció rápidamente gracias a que implementó un modelo de franquicia, que empezó a vender por todo el país.
Aunque el grupo que inicialmente pretendía separarse de RapidPack estaba integrado por 12 personas, mismas que en noviembre de 1991, constituyeron la empresa Red Nacional de Mensajería SA de CV (RNM), finalmente fuimos únicamente 9 los que iniciamos Redpack aproximadamente a mediados de 1992, bajo el liderazgo de Joe Pérez y su padre (qepd).
Los 9 pioneros fuimos Manuel y Joe Pérez en San Luis Potosí, Alejandro Pavón en Puebla, Fernando Cubillas en Hermosillo, Alfredo Velázquez en Morelia, Luis Ibarra en Torreón, Lulú Rodríguez en Mérida, Guillermo González (qepd) en Aguascalientes y yo, Carlos Martínez, en Querétaro y Celaya.
La escisión de RapidPack fue un duro golpe para Giuseppe Falcone, golpe que en poco tiempo lo llevó a la quiebra, de tal forma que conforme se deterioraba su empresa, sus franquiciatarios empezaron a migrar hacia Redpack, que la hizo crecer muy rápidamente.
Redpack vs RapidPack
Al momento de la escisión de RapidPack, a pesar de su corta existencia, esta empresa ya se encontraba consolidada dando servicio a más de treinta ciudades, de las más importantes a nivel nacional, con un servicio muy eficiente y económico gracias a su modelo de negocio.
La salida de los ocho pioneros fue un movimiento intrépido, sabían que perderían la franquicia en esa apuesta arriesgada de emprender una nueva empresa. No sólo se quedarían sin el negocio de RapidPack, también enfrentarían los problemas de sus compromisos con clientes y proveedores pues varios de ellos ya operaban volúmenes relativamente importantes de envíos.
A la hazaña resistieron los Pérez de San Luis Potosí (SLP), Fernando Cubillas de Hermosillo (HMO), Guillermo González de Aguascalientes (AGU) y yo, Carlos Martínez de Querétaro y Celaya (QRO-CEL), el resto desertó en los primeros años a excepción de Lulú Rodríguez de Mérida que duró entre 6 y 7 años.
Lo que ayudó mucho a persistir fue que muchos operadores de RapidPack empezaron a cambiarse rápidamente a Redpack. La creación de Redpack fue un duro golpe a Giuseppe y su RapidPack, situación de la que no pudo recuperarse, provocando una acelerada migración a la nueva empresa.
Es importante mencionar que antes del lanzamiento de Redpack, ya se había constituido Red Nacional de Mensajería, SA de CV (RNM) en noviembre de 1991 y Joe Pérez ya había también registrado a su nombre la marca Redpack, misma que se decidió así, para no diferir en mucho del logo de RapidPack y que los clientes no sintieran gran diferencia en el cambio.
Asimismo, como al momento de la escisión, ocho estaciones eran poca cobertura para continuar con los mismos clientes que ya tenían, Joe ya había convencido a una gran parte de los franquiciatarios de RapidPack, de que realizarán la entrega de los envíos de Redpack, a pesar de que Giuseppe había amenazado, a través de una circular advirtiendo que al franquiciatario que sorprendiera ayudando o teniendo cualquier tipo de trato comercial con Redpack, le rescindiría el contrato.
Fue relativamente fácil para Joe convencer a los franquiciatarios de RapidPack
porque a cambio también, los iniciadores de Redpack, les entregarían sus envíos en sus estaciones, amén de que dejaban viva la posibilidad de cambiarse si veían mejor oportunidad con Redpack.
El Secreto de Giuseppe
Corrían los últimos meses de 1991, cuando antes de ingresar a RapidPack tenía una excelente alianza con IBC Mensajería, fue con esta que me inicié en el ramo de la mensajería y paquetería. Todo funcionaba muy bien con ellos, pero desafortunadamente cuando nuestra alianza estaba cumpliendo un año, esta empresa tuvo que cerrar repentinamente.
Era una concesión de International Bonded Couriers (IBC, Inc.; ibcinc.com), cuyo dueño era Juan Lira, un hombre muy inteligente y muy humano que tuvo que refugiarse en Miami debido a que su contador lo desfalcó con el dinero de los pagos de la empresa al IMSS y al SAT, de tal forma que de la noche a la mañana le cayó una auditoría conjunta de ambas instituciones gubernamentales y fue cuando Juan Lira decidió refugiarse Miami (La sede de IBC en EUA), por temor a las muy probables consecuencias legales.
A partir de esa fecha no pude localizarlo, pues quería ofrecerle mi ayuda si de algo le servía.
A raíz de la quiebra repentina de IBC, de un día para otro nos quedamos sin una red por donde operar los envíos de los clientes que ya teníamos. No teníamos muchas opciones, pues en ese entonces solo podían dárnosla DHL y Estafeta, pero para los costos con los que operábamos en IBC, el servicio de ambas resultaba muy caro.
Poco antes de su salida a Miami, Juan Lira me dijo “oiga ¿algún día de estos que tenga usted oportunidad (Me hablaba de usted a pesar de que no diferíamos mucho en edad), podría ir a RapidPack y decirles que está usted interesado en sus servicios por favor? Y me dijo que deseaba saber cómo es que habían crecido tan rápidamente.
Uno o dos meses después de esto busqué a Giuseppe para pedirle aliarme a su red, que yo podía ofrecer Querétaro y Celaya para tal fin, de Querétaro me dijo que no podía pues ya tenía un franquiciatario ahí, pero que sí le interesaba Celaya, casi de un día para otro empezamos.
Cuando me entrevisté con Giuseppe y habiéndose interesado, por unir Celaya a su red, fue que me explicó cual sería el acuerdo para trabajar.
El acuerdo era de planteamiento simple pero disruptivo y contraintuitivo, me dijo “El convenio es que usted tiene que poner sus valijas o envíos aquí en mi centro operativo y además entregar los envíos nuestros que le lleguen, sin costo para nosotros y a cambio, entregaremos todos sus envíos a todos los destinos de nuestra red sin costo alguno, el único costo que tendrá será el de la reexpedición a todos los destinos que no sean CDMX”, que eran principalmente destinos que se reexpedían vía aérea.
En breve continurá la historia.