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Un verdadero bar ofrece alta coctelería, destilados y cervezas, además de música, convivencia y diversión.

¿Quién no quiere tener esa experiencia de bar en sus eventos privados?

Ante esa pregunta nació en Querétaro Mobar, un “bar móvil” que asegura ofrecer el ambiente y servicios de un bar en tu fiesta.

En 2016, Sebastián Villa Castro asistía y organizaba fiestas entre sus amigos cuando estudiaba la preparatoria. El éxito de estas reuniones derivó en planear las propias pero ahora con cobro; el boleto vendido cubría las bebidas con alcohol y seguridad. Así, Sebastián se hizo famoso en Querétaro por sus fiestonas.

Años después, Sebastián y su mamá, buscaron un servicio de coctelería para la celebración de los XV años de su hermana. Aunque la búsqueda parecía interminable, contrataron a una empresa, “…no tenían la imagen ni el servicio que queríamos (…), nos quedamos con ganas de algo más”, recordó el joven emprendedor de 25 años de edad.

Con esa mala experiencia, el antecedente de organizar fiestas en la prepa y su alma fiestera, Sebastián tuvo la idea de crear Mobar.

Comenzó con la compra de cristalería y botellas de destilados; con el apoyo de su papá, que es arquitecto, diseñó una primera barra portátil que podría trasladar a cualquier evento.

“Mucha gente no lo ve, pero [mis papás] están constantemente apoyando y sí los puedo considerar que son parte de la organización, fueron y son parte fundamental en la planeación e imagen de Mobar”, explicó Sebastián en entrevista exclusiva para MQNEY.

La palabra Mobar proviene de “Mobile bar”, la idea fue crear un nombre sencillo para que sus clientes lo recuerden fácilmente, así mismo por los servicios y experiencia que brindan.

La iniciativa nació en 2016 pero fue hasta 2018 que se consolidaron como empresa con ventas regulares. El crecimiento de Mobar fue constante, de tener un evento por mes hasta alcanzar 6 por semana.

Al inicio, Sebastián realizaba cotizaciones personalizadas, y debido a la demanda y las similitudes entre los pedidos, diseñó una amplia variedad de paquetes, los cuales en promedio constan de shots de destilados, variedad en coctelería y carajillos sin alcohol para 100 personas por 30 mil pesos.

Mobar creció experimentando y perfeccionando sus servicios integrados, y aunque no llevó un registro puntual de la inversión inicial, Sebastián estima que fue de 60 mil pesos.

Recuerda que el emprendimiento comenzó con la creación de la barra móvil y en el día a día fue comprando equipo básico de coctelería y contratando personal.

La magia sucedió y la campanita de la caja registradora sonó sin parar. Antes de la pandemia (2020), Mobar vendió poco más de 2 millones de pesos mensuales, nada mal para un proyecto del sector de banquetes con 24 meses de operaciones de forma regular.

Una vez que regresaron las actividades presenciales, facturaron alrededor de 6 millones de pesos; actualmente se encuentran en crecimiento con ventas de hasta 8 millones de pesos al mes con un margen de utilidad del 35% al 40%.

De acuerdo con la sede queretana de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), en 2019 se incrementó un 44.5% el sector de servicios de banquetes en el estado.

Mobar ha brindado sus servicios en más de 150 eventos.

Incertidumbre y oportunidad
Entre los eventos que cubre Mobar se encuentran las bodas, que fueron el motor para atender grandes fiestas. La sinergia con los wedding planners Lucero Álvarez, Valentina Corro, Creare & Co., Penzi Weddings, Sofía Parrodi, Pablo Galván y Magaly Calderón fue clave para brindar los servicios integrados a cientos de personas. “Hemos dado servicio hasta 15 bodas por semana”, detalló Sebastián.

Aunque esta expansión inició en 2019, la pandemia por COVID-19 provocó que las bodas -las cuales solicitaban sus servicios con hasta 6 meses de anticipación- pospusieran sus fechas.

En esos días aciagos, con la poca esperanza de regresar a la presencialidad, los eventos agendados se aplazaron y muchos otros cancelaron. La crisis llegó como a muchos negocios y tuvieron que reinventarse.

Mobar no se detuvo y encontró otro nicho de mercado: la virtualidad. Apostaron por las clases en línea y crearon sus propios cursos virtuales de mixología, los cuales contaban con un kit, enviado a través de Fedex, que contenía las herramientas, el jugo y los destilados respectivos del curso.

Las clases en línea consistían en introducción a la coctelería y a los ingredientes, así como la creación de algunas bebidas como margaritas, gins, hawaiian paradise y moscow mule. Se podía acceder a una sola clase o al curso completo, los precios rondaban entre los 400 y 4 mil pesos.

La pandemia se fue y el interés por los cursos virtuales también, pero el éxito de ese emprendimiento llevó a Sebastián a diseñar cursos presenciales.

Próximamente los hará en la Hacienda Puerta del Lobo con un costo de mil 200 por persona y se podrá acceder a clases sobre coctelería, técnicas, manejo y uso de herramientas, limpieza y administración de bares.

Aunque es dirigido al público interesado en aprender coctelería como un pasatiempo o emprendimiento, esperan en un futuro certificar a bartenders para mejorar sus condiciones laborales.

“Esta área de meseros y bartenders es muy informal en México, inclusive les pagan el mínimo a todos y esta gente vive de las propinas más que de un sueldo. Nosotros queremos darles más capacidades, que vengan certificarse con nosotros y que vayan a restaurantes o bares de nombre y exijan un mejor pago por tener esta certificación, además de la capacitación adquirida”, detalló.

Mobar hasta tu ciudad
Gracias a las redes sociales cerraron contratos en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey; situación que los obligó a realizar paquetes fuera de Querétaro que incluyeran viáticos y crear alianzas con proveedores locales.

Entre sus planes se encuentra replicar el modelo de Mobar de forma permanente en las ciudades con mejor rendimiento económico y que cuenten con más de 1 millón de habitantes. “En Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey existe mercado suficiente para estar contratando semanalmente eventos”, aseguró Villa Castro.

De acuerdo con la Canirac, se espera una recuperación del 95% en los sectores agremiados a finales del 2022, esto gracias a las cenas y celebraciones por Navidad y fin de año.

Abrieron paso al mercado
Detrás de un bar -o de un bar móvil- no sólo existen los cocteles: se encuentran proveedores, trabajadores, historias y los recursos. Esa fue la visión para la consolidación de los tres negocios de Benjamín.

Entre los cocteles más solicitados están el Mr. Pink (ginebra, jugo de toronja, jarabe de romero y jugo de limón) y el Berry Collins (ginebra, jarabe mix de berries y agua tónica). El coctel favorito del fundador de Mobar es el Monteverde: consiste en mezcal, jarabe de chiles, jugo de pepino, jugo de limón y crusta (escarchado) de sal de cacahuate.

Además de Mobar, el bar El Mirador de la Hacienda Puerta del Lobo, dirige también la operación de un restaurante dentro Tecnológico de Monterrey. “Era algo que no estaba previsto, pero decidimos tomar acción y al final le entramos”, precisó el emprendedor.

El dicho “innovarse o morir” sin duda lo tienen presente, ya que buscan expandirse en los próximos dos años: además de llegar a otras ciudades, esperan iniciar la venta de la producción propia de un destilado y cerveza artesanal.

La idea de crear sus propias marcas proviene de diversificar el negocio de los eventos. Sebastián explicó que existe una demanda de destilados de fruta, enlatado de refrescos y la producción de hielo, los cuales esperan ofrecer en un futuro no muy lejano: “Son mercados muy grandes y que están siendo atendidos por pocas empresas”, asegura.

Aunque no contaban con competencia en los primeros dos años de consolidación del negocio, Sebastián expresó que ahora es diferente.

“Sí puedo considerar que hay unas cinco o seis competencias que ya están haciendo algo que pueda sonar, pero hay un mercado tan grande que no consideraría que fueran competencia [directa]. Ellos están hoy en un evento por día, nosotros ya podemos tener hasta ocho o diez en un mismo día, además de la calidad del servicio”, explicó.

Aunque no está en su radar formar parte de una organización gremial, no descartan ingresar en un futuro a una. El director comercial de la Cámara de Comercio en Querétaro, Abraham Franyuti Vidal, expresó que los espera con los brazos abiertos.

Franyuti Vidal consideró innovador el giro de negocio con el que cuenta Mobar y por parte de la Cámara de Comercio -dijo- les podrían apoyar con asesorías, campañas de publicidad y proveedores con precios competitivos.

Sebastián no está en busca de inversionistas por el momento, dice que prefiere tener un crecimiento orgánico y controlado; a la fecha tiene un socio para Mobar, uno para el bar El Mirador de la Hacienda Puerta del Lobo y otro para el restaurante del Tec de Monterrey.

Y mientras lleva la experiencia de un bar a evento privado, Sebastián dice salud con un Monteverde en mano.

Sebastián Villa Castro, invirtió 60 mil pesos en su emprendimiento, hoy factura más de 8 millones de pesos mensuales.