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Emmanuel Macron anunció hace unas semanas el fin de la abundancia. En concreto, el presidente de la República Francesa dijo: “Vivimos el fin de lo que podía parecer una triple abundancia: la de la liquidez sin coste (…), la de productos y tecnologías (…) y de tierras, materias primas y agua”.Emmanuel Macron habla en el Consejo de Ministros del 25 de agosto del “fin de la abundancia”.

Descartamos que Macron haya mutado en anticapitalista, pero eso no le impide ver las fisuras y la deriva del sistema económico mundial. Y es que el mundo se resiente porque la inflación aprieta, el cambio climático empieza a molestar, la guerra anuncia desajustes estructurales…

Pero el presidente francés no ha descubierto nada. Desde la primera industrialización hay literatura que advierte de cómo la abundancia no es un rumbo sino una deriva. Incluso antes, encriptadas en la doctrina cristiana, las escuelas escolásticas cargaban contra el lujo. Que siglos después y tras la caída de la URSS, el historiador Francis Fukuyama decretase el fin de la historia solo sirvió para que textos mucho mejor fundamentados le desautorizasen.

Y es que la historia de Fukuyama era una historia de la abundancia.

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¿Qué sociedad?

El sueño del crecimiento ininterrumpido (con sobresaltos fatales que nunca han acabado de despertar a los soñadores) llevaría al despliegue de políticas neoliberales.

Desde los 80 emergen estrategias que, más o menos abiertamente, pretenden difuminar el concepto de sociedad. “There is not such a thing as society” (la sociedad no existe), decía Margaret Thatcher. Y, si no hay sociedad, no hay fundamento para una estructura redistributiva.

Los Estados que privatizaban las empresas de telecomunicaciones, energéticas y de transportes (los grandes negocios del posfordismo) se podían permitir prescindir de lo social. Aquellos negocios fueron el combustible que alimentó el sueño de la clase media durante décadas de liquidez, crédito y contaminación.

Pero el combustible se acaba y aquella clase media debe empeñar su propia vida en mantener la rueda girando: se intensifica la exposición de los cuerpos como mercancía y la venta de la intimidad, el trabajo se encapsula en empleos cada vez más precarios y se cotiza a una caja que quizá esté vacía el día de la jubilación.

La clase media lo es solo a veces, cuando puede acercarse a la abundancia. Cuando compra un coche o cuando, en momentos de crédito fácil, accede a una vivienda digna. Pero es una clase media con pies de barro que nutre cada vez más la pobreza estructural.

Negocio y redistribución desigual

Las estrategias de negocio del posfordismo (tecnología, datos, energía…) no están enclaustradas en el tiempo y en el espacio. Al contrario que en el fordismo (con sus cadenas de montaje y sus masas trabajadoras), ya no se necesitan contratos laborales de larga duración que vinculen formalmente al sujeto que produce con la empresa. Ya no hay empresas que produzcan una sola mercancía de modo constante durante tiempo indefinido.

Los vaivenes del mercado resitúan la inversión a golpe de clic. El dinero mira, selecciona, suelta lastre y activa y desactiva al personal con ligereza.

Sin embargo, la distribución del capital en esta sociedad líquida se sigue procurando a través de los empleos, pero cada vez más precarios. Si el fordismo inventó que los obreros se comprasen el coche que fabricaban, el posfordismo ha dado una vuelta de tuerca para hacer de las personas una mercancía como cualquier otra. Personas que al consumir producen y que solo son recompensadas por una mínima parte de eso que producen. El viejo concepto de plusvalía palidece ante la capacidad reproductiva de los grandes capitales. Y así es que la OIT advierte de que el acceso al empleo no es garantía de evitación de la pobreza.

Surgen, episódicas, políticas redistributivas que apelan al concepto de sociedad: el aumento del salario mínimo interprofesional, la fijación de rentas vitales, las contenciones de la liberalización del mercado laboral o iniciativas impositivas sociales. Políticas que, desde la perspectiva neoliberal, son consideradas obstáculos para la atracción de capitales, o sea, obstáculos para el progreso y la abundancia.

Abundancia vs. progreso

Un coche es mercancía; la energía es mercancía; los datos son mercancía; un volcán en erupción, el planeta, los cuerpos, el trabajo. Mercancías. Se paga por tenerlas, por verlas, por alquilarlas… Tanta mercancía en movimiento compone la abundancia.

Durante décadas, el mundo liberal vivió sumido en la ilusión de que la abundancia, el acceso a recursos de modo ilimitado, era un síntoma de progreso. Aun hoy, mediáticamente, se pretende señalar como Estados fallidos aquellos que no garantizan el acceso a cualquier mercancía en cualquier momento.

La estrategia empresarial de la inmediatez de Amazon y Google (que el paquete llegue ya mismo, que el contenido pueda disfrutarse aquí y ahora) se ha convertido en un estándar de bienestar que los Estados, como organizadores de lo público, no deberían pretender. Al contrario, incluso. Porque la estrategia del acceso inmediato a las mercancías, la estrategia de la abundancia, es la que transforma a los individuos en instrumentos de esa misma abundancia. En mercancías. Eso que en otros tiempos se llamaba alienación. Y la alienación es el momento antagónico del progreso social.

Si el presidente Macron nos previene del fin de la abundancia, quizá se le debería interpelar con alguna pregunta: ¿el fin de qué abundancia? ¿También el de las personas mercantilizadas? ¿También el de las personas como sujetos de servicio siempre a disposición? Ojalá.

Los departamentos de recursos humanos de las empresas llevan un tiempo preocupados por la atracción y retención de talento. Concretamente, en algunos puestos relacionados con carreras técnicas (ingeniería, matemáticas, informática, etc.) cada vez es más difícil encontrar perfiles no ya especializados, sino que se acerquen a los requerimientos que las empresas definen.

Un problema real

Las vocaciones hacia las carreras técnicas han disminuido en los últimos años, bien por la dificultad de estas carreras bien por una falta de vocación. El Gobierno de España ha realizado esfuerzos para dirigir a los jóvenes hacia estas titulaciones. En el caso de las mujeres, la educación CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) ha sido una realidad en los últimos años. El objetivo: incorporar más mujeres a titulaciones cubiertas históricamente por hombres.

A lo anterior hay que añadir la bajada de la natalidad, que ya empieza a notarse. El invierno demográfico avisa de una disminución de la población laboral futura, algo que afectará a muchas profesiones. Sin duda esto agudizará el problema, máxime si se atiende a la transformación digital que cobra cada vez más protagonismo.

Por tanto, el mundo necesita un tipo de talento que descansa sobre lo técnico, y donde los rasgos de inteligencia ligados al razonamiento abstracto y al lógico-matemático van a ser especialmente requeridos.

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La cruda realidad

Los datos actuales señalan que un trabajador pasará por 12 empresas a lo largo de su vida laboral. Esta tendencia ya se está dando en las nuevas generaciones cuando las de nuestros padres solo trabajaron en una empresa en toda su vida.

En el caso de las titulaciones técnicas, esto será más acusado. Esa rotación, en el pasado vista como excesiva, se empieza a ver como algo positivo por el valor añadido que proporciona el vivir diferentes proyectos y culturas empresariales frente al inmovilismo que deja tras de sí permanecer todo el tiempo en un mismo lugar de trabajo.

Hace algunos años vimos cómo algunos profesionales de la informática rechazaban empleos que implicaran trabajar un viernes por la tarde. Recientemente una directiva de una empresa TIC nos manifestaba su frustración ante trabajadores contentos con las condiciones y el salario que se iban de la empresa después de 12 años solo para conocer otras realidades. No es una cuestión de salario ni condiciones, cuando no falta la oferta.

Buenas prácticas

Algunas empresas han comenzado a trabajar la retención de talento. Para ello ponen en práctica una política de incentivos adecuada a las nuevas generaciones, como incentivos mensuales para gastar en deporte (por ejemplo, cuota de gimnasio, compra de ropa y material deportivo, alquiler de pistas, pago de cursos), cultura (por ejemplo, entradas para espectáculos, compra de libros, discos, entradas a museos, cuota de servicios audiovisuales de suscripción), salud y cuidado (por ejemplo, masajes, nutrición, pedicura, clases de yoga, etc.).

Se trata de una apuesta dirigida al bienestar y el ocio del trabajador: Como empresa, demuestro mi interés por ti como persona. Y, además, me interesa fomentar un hábito sano (salud, cultura y deporte) para reducir las posibles bajas por temas de salud.

Además, algunas empresas incorporan un plus de permanencia anual, para premiar a los empleados que continúan en la empresa. Se trata de incentivar a aquellos trabajadores que no cambian de empresa. La fidelidad tiene premio.

Otras empresas incluyen la bonificación por recomendar a conocidos que acaben contratados por la empresa. Cuando sale una vacante, la empresa prefiere que se incorpore un conocido o familiar de un trabajador en activo. ¿El motivo? Le va a transmitir la cultura de la empresa y le va a ayudar en su incorporación y resolución de dudas. El trabajador no va a recomendar a alguien que no sea válido. Eso sería echar piedras en el propio tejado. En este caso, la empresa bonifica al trabajador que realiza la recomendación con un bonus.

La organización de competiciones deportivas entre empleados u otros eventos masivos son medidas dirigidas a fidelizar a los empleados.

La importancia de lo emocional

En definitiva, las empresas pioneras establecen políticas de recursos humanos más allá de las clásicas: pagar cursos, organizar actividades grupales, dar un móvil o coche de empresa, pagos de comida o cesta de navidad. Con la flexibilidad horaria, las jornadas intensivas o el teletrabajo también se ha dado un paso adelante.

El objetivo es lograr que el empleado se sienta a gusto, valore su estatus y no quiera abandonar la empresa. Si el salario es suficiente para cubrir las necesidades del trabajador entran en juego otros incentivos destinados a lo emocional: sentirse querido, percibir que es importante y que la empresa se preocupa por su bienestar.

Estos vínculos emocionales tienen su poder. Aunque tenga una buena oferta externa, si se siente querido en la empresa y por la empresa, tendrá que pensárselo antes de tomar una decisión. No se trata de algo racional, sino emocional. Y este mecanismo hace que el trabajador dude antes de abandonar la empresa.

Ante el miedo a la fuga del talento, las empresas tienen que emplearse a fondo con el objetivo de lograr el compromiso del empleado. Como en cualquier relación, eso se logra desde las emociones, desde los sentimientos. La demostración efectiva de que el trabajador interesa a la organización se convierte en un buen aliado de las políticas de gestión del talento. Y el trabajador debe valorar los esfuerzos de la empresa para su integración, crecimiento y desarrollo.

¿Cómo tienen que hacer las empresas para retener el talento? Abordando las emociones.

Hace casi un año anunciábamos nubes de tormenta a propósito de la inflación.

Desafortunadamente, a día de hoy, a la tormenta de la subida de precios, iniciada por una combinación de un shock en los precios de la energía y las materias primas y una demanda vibrante en los meses de salida de la pandemia, han de añadirse las previsiones cada vez más pesimistas sobre crecimiento que han realizado los principales organismos internacionales para la economía mundial y, particularmente, para la europea.

Si a la inflación se le suma una ralentización de la economía, cuando no una caída del crecimiento, estamos ante un escenario de estanflación o inflación con estancamiento.

El dilema

La estanflación no es un fenómeno nuevo. Las economías occidentales lo experimentaron en las crisis energéticas de la década de los setenta del siglo pasado, derivadas de la subida de los precios del petróleo.

Esta situación pone ante un importante dilema a las autoridades que gestionan las políticas económicas, tanto las monetarias (los bancos centrales) como las fiscales y de rentas (los gobiernos).

El dilema reside en que, pese a que las causas de la inflación residan en el aumento de los costes (energía y materias primas en primera ronda), los instrumentos de los que se dispone para frenar los precios a corto plazo solo atacan a la demanda. Es decir, sirven para frenar el gasto agregado de la economía. Este freno se consigue subiendo los tipos de interés, drenando gasto de la economía con una política fiscal o mediante un pacto de rentas que distribuya entre asalariados, empresas y pensionistas las pérdidas que supone la inflación. Cosa harto difícil.

La justa medida

Cuando estamos en una situación de estanflación el primer dilema reside en cómo articular medidas contractivas –básicamente de subida de tipos de interés– sin pasarse. Es decir, sin afectar en demasía el crecimiento, sin inducir una recesión. Y esto es bien complejo porque, además, el margen de maniobra individual de los bancos centrales es escaso y esto se refleja en una subida de tipos sincronizada: primero Reserva Federal y luego Banco Central Europeo.

Los movimientos internacionales de capital no permiten muchas diferencias en este ámbito, si no queremos ver cómo se deprecian fuertemente las monedas de las economías que pierden inversiones porque los tipos empiezan a subir más en otras áreas, como está pasando con el euro frente al dólar. Este movimiento se refleja en una depreciación de la moneda (euro), agravando los problemas inflacionistas, ya que la depreciación encarece las importaciones, especialmente las energéticas (que se pagan en dólares).

Pero la subida de tipos lo que provoca en la demanda interna de las economías es un encarecimiento del consumo y un freno a la inversión, las dos partidas más importantes para explicar el crecimiento económico. Así pues, subir tipos sin pasarse para no provocar una recesión es todo un desafío.

El desafío

El desafío de subir tipos en su justa medida se ve agravado cuando las políticas que han de complementar las monetarias o bien no existen (el pacto de rentas) o bien son de signo contrario, pues contribuyen a aumentar la demanda, el combustible que sigue alimentando la llama de la inflación.

Muchos gobiernos están llevando a cabo acciones que intentan compensar la pérdida de poder adquisitivo que provoca la inflación: articulan ayudas al conjunto de la población, subvencionan bienes que no reducen su consumo suficientemente –como los carburantes– o pactan subidas de rentas considerables en colectivos especialmente sensibles para la aritmética electoral –léase pensiones–.

Los gobiernos se enfrentan a su propio dilema: reconocer la pérdida que provoca el shock inflacionista e intentar acomodar dicha pérdida entre colectivos, o bien aplicar una política de aumento de gasto para paliar la pérdida, que puede aumentar los desequilibrios existentes.

Este escenario de dos políticas de demanda –la fiscal y la monetaria–, que lejos de coordinarse entran en contradicción, es cada vez más probable. Y justifica que los tipos de interés o bien sigan subiendo (para compensar el gasto ocasionado por la expansión fiscal), o se mantengan relativamente altos, lo que afectaría especialmente a las economías más endeudadas.

Salvador García, estudiante de Ingeniería en Biotecnología en el Tec campus Querétaro, creó Gusani, un emprendimiento biotecnológico social que utiliza gusanos Tenebrio Molitor para degradar el unicel y elaborar harina altamente proteínica para ingesta animal.

Su equipo está conformado por otros tres jóvenes emprendedores de diferentes universidades de México, Mitzy Dayana Cerezo Pérez del IPN, Diego Tonatiuh Hernández Martínez de la UNAM y Laura Daniela Rivera Granados, estudiante de Ingeniería en Biotecnología en el Tec campus Ciudad de México.

La idea surgió en Julio de 2021 cuando Salvador, preocupado por la contaminación que provoca el unicel, descubrió dos artículos científicos; uno proveniente de China y otro de Estados Unidos, que narraban el descubrimiento de los investigadores que, por medio del azar, encontraron que este gusano era capaz de consumir plástico.

El descubrimiento del potencial

“El gusano usualmente es tratado como plaga, lo encuentran en los granos de las  cosechas y lo ponen en bolsas. Un día, se descubrió que se comían las bolsas de plástico que los contenían. Esto fue lo que llamó la atención de los investigadores”, narra el emprendedor.

Fue así como se descubrió que el Tenebrio tiene una bacteria en el tracto digestivo que descompone al unicel bio molecularmente en cuestión de minutos. Salvador pensó de forma inmediata en el potencial rentable y sostenible del bioproceso, y surgió la idea de Gusani.

La startup proporciona el unicel a las larvas Tenebrio, como parte de su dieta; posteriormente, estas crecen y son trituradas para elaborar harina rica en proteínas que se comercializa a empresas que fabrican alimentos para animales. Los emprendedores son pioneros en utilizar plástico y proteína al mismo tiempo.

Salvador también refirió a lo recientes que son estas investigaciones, y como ésto les ha permitido reconocer de forma temprana el potencial de este proceso biológico y convertir las cuestiones científicas en algo redituable.

“Seguramente en unos años más, será algo común, pero en lo que la ciencia se divulga y se reconoce el potencial económico que hay detrás, hay un gap de tiempo. Nosotros estamos dentro de ese gap”, comenta.

Gusani ha crecido y ganado gran visibilidad gracias a su participación en diversos concursos para emprendimientos a nivel nacional e internacional. Uno de ellos fue el Premio Santander X | México – Categoría Lanza, en el que quedó en 3 lugar. Posteriormente, fueron ganadores del Demo Day 2021 nacional de Trepcamp y finalistas del Global Demo Day 2021.

“Buscamos regenerar el planeta, esa es nuestra  filosofía. Se puede monetizar y ayudar al medio ambiente al mismo tiempo”, asegura García.

La responsabilidad social de Gusani involucra que no sólo busque generar ganancias económicas, sino también crear conciencia ambiental, brindar esperanza en la reducción de la huella de carbono para la conservación y regeneración del planeta e inspirar a más empresas a que se unan a la causa.

“Nuestra principal motivación es acabar con el unicel. Si otras entidades o instituciones también se unen a la pelea, los vemos como un aliado para resolver el problema de la contaminación”, comparte Salvador.

El principal impacto de la labor de la startup involucra la reducción de estos desechos plásticos que tardarían de 500 a 800 años en degradarse naturalmente. Es además una alternativa ambientalmente responsable para la obtención de proteínas, permitiendo ocupar pocos recursos y poco espacio, así como una mayor producción e índice proteico que el de otras fuentes como la soya.

García mencionó que, en un futuro, Gusani buscará comercializar su harina para la alimentación humana. Sin embargo, les gustaría esperar a que el mercado estuviera más abierto a la idea de consumir proteínas de insectos y, mientras tanto, adquirir experiencia perfeccionando sus procesos en el sector ganadero.

“Adquirimos la experiencia de establecer y  cumplir las normas, manejar maquinaria, etc. Ya cuando tengamos un estatus como empresa más constituida, ahora sí nos podemos meter en cuestiones humanas más delicadas”, comenta Chava.

Por último, García compartió que les gustaría crecer más para poder ayudar más. El emprendimiento se encuentra en una constante búsqueda de aliados para crear sinergia y lazos para trabajar en conjunto por la regeneración del planeta.

“Hay que generar conciencia de no contaminar, de buscar fuentes de proteína más sustentables, de ayudar al medio ambiente”, comparte Salvador, “las personas necesitan la esperanza de que se está tomando acción, y todos podemos aportar”.

Christopher López, contador egresado del Tec de Monterrey y profesor de cátedra en el campus Querétaro, comparte su camino de emprendimiento en ContaAyuda, un despacho de asesoría financiera con software para pymes y contadores.

ContaAyuda es una empresa de la industria FinTech (Tecnología Financiera) que busca apoyar a los emprendedores brindándoles herramientas para gestionar sus impuestos, contabilidad y análisis financiero, capacitándoles para construir una administración total de su dinero.

El software se basa en inteligencia artificial que a su vez se encarga de construir contabilidad para pequeños negocios, mediante alianzas, en trabajo conjunto, con diversos despachos contables para ofrecer sus servicios a través de ellos.

“Nos apoyamos de la tecnología para poder mejorar la práctica contable y al mismo tiempo darles un mejor servicio a nuestros clientes, facilitándoles el control de su negocio”, comparte Christopher.

Surgimiento de la idea

Después de graduarse en 2015, López tomó la decisión de irse a trabajar a una empresa FinTech que desarrolla bancas en línea desde Estados Unidos. Allí laboró como contador de costos y aprendió a programar en Python y a usar R y Tableau, softwares e idiomas con los que él no estaba familiarizado, que descubrió que se utilizaban en negocios financieros.

Fue así como comenzó a incursionar en el área, y desarrolló el uso de estas herramientas para calcular costos de forma automática, de manera que la empresa redujo sus periodos de costeo de 6 meses a 2 semanas.

“Había quedado fantástico, pero había en mí una inquietud de empezar mi propio negocio. El rayo emprendedor me lo inculcaron en el Tec, desde la prepa”, recuerda López.

En otra ocasión, realizó una app que utilizaba machine learning para calcular el retorno que tenía un empleado en la empresa, sin embargo, ésta fue usada posteriormente para realizar recortes en el personal, hecho que le causó incomodidad.

“Decidí que este conocimiento, que me gustaba tanto, quería aplicarlo para algo más, para ayudar a las personas”, comenta el EXATEC.

Concretando la idea

Christopher comparte con orgullo que sus estudios en el Tec fueron posibles gracias al negocio familiar de sus padres.

“Entonces me pregunté, ¿qué tal si pudiera, con esto que sé hacer, más el conocimiento contable, más mi historia familiar, ayudar a las personas con negocios a tener una oficina como la de mi papá?”, comparte Christopher.

Fue así como, en 2018, regresó a México con la idea de desarrollar una empresa alrededor de la facturación electrónica y el open banking. Primero, el Tec lo motivó a emprender, y después, su historia familiar que lo llevó a querer compartir sus conocimientos para el crecimiento de las micropymes.

ContaAyuda integra y ofrece herramientas de tecnología en conjunto con el servicio de contabilidad, a diferencia de los despachos tradicionales o empresas de software que únicamente ofrecen uno de los dos.

“Yo no he permitido que eso pase acá, porque no creo yo que la tecnología vaya a reemplazar al contador. Estamos en medio de esos dos, es un balance”, asegura el profesor.

“Quiero llegar a medio millón de usuarios en ContaAyuda. Esto significaría impactar a medio millón de empresas”

Christopher considera que esto último les puede garantizar el éxito en el mercado, a comparación de sus competidores. Actualmente cuentan con casi 200 usuarios obtenidos por recomendaciones de otros clientes y han crecido a base de ventas.

Una startup como ContaAyuda busca tener un crecimiento acelerado; la mayoría de las veces es de tecnología porque son éstas con las que se suele apalancar más.

Esto ha representado un reto para López, ya que, por su convicción de buscar el balance entre tecnología y servicio, fue postergado por algunas aceleradoras de negocios, con el deseo de que la empresa utilizara únicamente software.

Village Capital seleccionó a CITRUS, una startups queretana que formará parte del programa de aceleración “ADAPT: Innovación Social para un Futuro más Resiliente en Latinoamérica” para escalar sus soluciones en materia de cambio climático, salud y movilidad económica.

ADAPT, que fue lanzado con apoyo de MetLife Foundation, es un programa de aceleración que actualmente opera en Latinoamérica y Estados Unidos.

El programa de aceleración ADAPT es impulsado mediante un enfoque en temas transversales o interseccionales que afectan directamente la capacidad de un individuo o comunidad para lograr resiliencia y adaptarse a los desafíos ambientales, sociales y económicos en curso. 

CITRUS vende plantas de generación solar y ofrece Heat as a service, donde los clientes pagan por la energía que consumen.

La convocatoria estuvo dirigida para apoyar a startups que se enfocan en la resiliencia comunitaria, incluyendo preparación para desastres naturales, preparación financiera y oportunidad económica; y resiliencia individual, incluyendo salud y bienestar, trabajo y desarrollo, y salud financiera.

Más de 120 startups de 17 países de Latinoamérica y el Caribe se postularon para ser parte de la aceleradora. El grupo final está conformado por ocho startups de cuatro países: Brasil, Chile, Guatemala y México. El 50% trabaja fuera de los principales centros tecnológicos de sus países y tiene a una mujer como fundadora o miembro del equipo de liderazgo.

El objetivo de CITRUS es garantizar que la industria, el motor de crecimiento de la economía, tenga acceso a un suministro constante de energía limpia y competitiva para impulsar sus procesos.
Al integrar las tecnologías y soluciones adecuadas en el proceso de fabricación, CITRUS permite que empresas de todos tamaños sigan satisfaciéndonos con sus fantásticos productos, mejorando el nivel de vida general.

Desde octubre hasta diciembre de 2022, las startups seleccionadas participarán en cuatro talleres online y recibirán tutoría de colaboradores de MetLife, potenciales socios estratégicos, inversores, clientes y otros fundadores en Latinoamérica y los Estados Unidos de América. Las empresas también tendrán acceso a sesiones uno a uno con un analista de inversiones para retroalimentación y apoyo. 

Las dos compañías mejor calificadas por sus compañeros recibirán una donación de parte de MetLife Foundation de $20,000 USD para ayudar con sus operaciones. 

En los últimos años, el estado de Querétaro se posicionó como uno de los estados y ciudades más prometedoras para invertir en bienes raíces. Sus atributos: ubicación geográfica, crecimiento económico y desarrollo industrial.

De acuerdo con el Consejo de Valuadores y Estatal de Profesionales Inmobiliarios de Querétaro (CEPIQ), a nivel nacional, Querétaro es el tercero con mayor crecimiento inmobiliario, con un incremento anual estimado de 10 por ciento para 2022.

Cabe mencionar que el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) sitúa a Querétaro en el cuarto lugar del Índice de Competitividad Urbana (ICU) 2021, compuesto por 69 indicadores que miden la capacidad de las ciudades para generar, atraer y retener talento e inversión, que detonen la productividad y el bienestar de sus habitantes.

De acuerdo con la información del proptech La Haus, las 5 razones para invertir en inmuebles en Querétaro son:

Retorno de inversión y plusvalía: La relación renta anual/precio se ubica en 7 por ciento en esta ciudad, es uno de los retornos más importantes en México. En promedio se necesitan 14.3 años de renta para pagar la inversión de la propiedad. El dinamismo económico de Querétaro logra que en algunos municipios alcance una plusvalía desde 117.4 por ciento hasta una proyección del 200 por ciento.

En Querétaro el sector inmobiliario no ha registrado una recuperación en sus ventas durante el 2022, hasta el momento se mantienen con las mismas expectativas que el año pasado. Se espera que en lo que queda del año se consiga la meta de 20 mil unidades vendidas.

El especialista explicó “increíblemente en la época de pandemia, que fue horrible para todos los sectores comerciales en general, para nosotros no fue un tema. Porque la pandemia lo que hizo fue detonar al sector, si bien tuvo un freno en abril y mayo del año pasado se deprimió muy rápidamente el consumo inmobiliario después se detonó y se recuperó”.

Desafortunadamente el contexto geopolítico actual y el aumento en las tasas de interés ha mermado las expectativas de crecimiento que se tenían para esté año. Reconoció que en el estado el 75 por ciento de las personas que adquieren un inmueble lo hacen a través de un crédito hipotecario.

Desafortunadamente el contexto geopolítico actual y el aumento en las tasas de interés ha mermado las expectativas de crecimiento que se tenían para esté año. Reconoció que en el estado el 75 por ciento de las personas que adquieren un inmueble lo hacen a través de un crédito hipotecario.

El año pasado no se consiguió llegar a la meta de 20 mil inmuebles, a pesar de que sí se reportó un crecimiento. En el 2021 se sostuvo un retraso del 10 por ciento y a pesar de que se suscitó un ligero repunte “todavía estamos como siete por ciento abajo de la meta, evaluando al mes de junio”.

Sin embargo en el sector se mantienen optimistas debido a que Querétaro sigue siendo uno de los mejores estados para adquirir una vivienda, por su seguridad y calidad de vida, concluyó Hernández Serrano.

Kavak, compañía mexicana dedicada a la compra y venta de autos usados, inició operaciones en su nuevo centro de reacondicionamiento automotriz, localizado en el municipio de Colón; esta unidad tiene capacidad para acondicionar 3,000 automóviles al mes.

El director general de Kavak México, Alejandro Guerra Escamez, explicó que en este proyecto se ejerce parte del plan de inversión por 250 millones de pesos que la firma anunció en el 2021 para el estado de Querétaro.

La nueva instalación cuenta con 60,000 metros cuadrados, en el Parque Industrial KAIZEN; así como 25,000 metros cuadrados de bodega.

“Hoy inauguramos un sueño, un centro de acondicionamiento que es uno de los más importantes que tenemos a nivel nacional (…) con capacidad de acondicionar más de 3,000 autos mensuales y de lo que más estamos orgullosos es de las 200 familias que trabajan con nosotros en este muy importante estado”, dijo Guerra Escamez.

Se trata del tercer centro de reacondicionamiento vehicular más grande de la firma en México, después de los que opera en Estado de México y en Jalisco.

Con este complejo logístico, Kavak busca fortalecer sus operaciones y continuar con su estrategia de formalizar el quinto mercado automotriz más grande de México.

Querétaro representa uno de los mercados de mayor crecimiento para la compañía, aunado a que en la entidad se realizan en promedio 100,000 transacciones al año de compra-venta de automóviles seminuevos; no obstante, se estima que es un mercado con un valor de casi 1,500 millones de dólares, explicó el directivo.

“(De las 100,000 transacciones anuales), 80% ocurren entre particulares, por lo que el fortalecimiento de nuestras operaciones nos permitirá incrementar la oferta de autos certificados y mitigar el riesgo de fraude”, destacó el director general de Kavak.

En mayo del 2021 Kavak inició sus operaciones en Querétaro, actualmente cuenta con dos sucursales, en las Plazas Antea y Puerta la Victoria, con un inventario de más de 1,000 automóviles.

Durante la inauguración de las nuevas instalaciones, el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González, precisó que la falta de automóviles nuevos –derivado de la crisis mundial de semiconductores– es una ventaja para el crecimiento de la compañía.

Kuri González dijo que en el estado la seguridad es un valor agregado, así como las condiciones laborales, debido a que la entidad suma 27 años sin huelgas.

Kavak es considerada como la startup privada más valiosa de Latinoamérica, al tener una valuación de más de 8,700 millones de dólares. En la actualidad tiene presencia en 24 ciudades, en siete países; cuenta con 7,000 colaboradores en 75 centros logísticos, así como un inventario de 28,000 vehículos.